El ingreso de los niños a la Institución de Educación Inicial amplía y enriquece su mundo , a la vez que le plantea nuevos desafíos. Entonces, se considera fundamental generar un clima afectivo caracterizado por la seguridad, la confianza y la estima de ellos, como así también la comprensión de temores, inquietudes y conflictos que provoca la nueva situación. Estos se consideran factores determinantes que auguran una progresiva independencia y confianza en sus propias posibilidades.
La tarea educativa de este período, prioriza la construcción de vínculos entre pares, con los docentes, como así también entre las familias y la Institución.
El espacio, el tiempo, las actividades y los materiales están pensados para favorecer los lazos afectivos y los procesos de integración. Por tal motivo las propuestas de enseñanza se desarrollan desde el primer día de clases e invitan a la acción para estimular el deseo de permanecer en el Jardín, a través de planificaciones de secuencias de juego, actividades de exploración, de expresión con los lenguajes artísticos.
La Institución en su totalidad se prepara para este momento especial que cobra trascendencia en la vida de todos los actores Institucionales: alumnos, familias y docentes.
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