El Colegio
Haciendo memoria... ¿Quiénes somos?
Una historia que se inicia en 1908 con la llegada de un grupo de hermanas pertenecientes a la Congregación de la Santa Unión, fundada en Francia por el sacerdote Juan Bautista De Brabant. Su misión fue evangelizar a través de la educación, y lo hicieron acompañadas de grandes docentes, personas de bien que educaron a sus alumnos en valores y de familias que depositaron en ellas la confianza.
El camino lo comenzaron a transitar en un pequeño garaje de calle Aparicio para luego, y con ayuda de familias juninenses, trasladarse a la conocida esquina de nuestra ciudad.
Si algo identificó a las hermanas es que fueron mujeres fuertes, valientes, de esperanza que avanzaron en el caminar conscientes del valor que tiene una obra bien hecha, donde el amor al otro y la pasión por enseñar no faltaron.
Con el correr de los años la congregación comenzó a poner su mirada y su corazón en la periferia dando un giro grande en su misión y vocación. Fue así que comenzaron a dejar en manos de laicos el Colegio. En la década del 90, las hermanas se van de la ciudad para vivir su opción por los más necesitados en distintos barrios del conurbano bonaerense. La decisión fue dura para todos pero se despedían con una certeza: el Colegio no debía perder su esencia, debía seguir adelante con su misión evangelizadora y la tarea de educar, por eso lo dejaban en manos del Arzobispado de Mercedes-Luján.
Hoy, 113 años después de aquel comienzo seguimos haciendo camino, trabajando para que nuestro proyecto educativo logre formar personas con una identidad clara y un sentido de la vida cristiana. Avanzamos acompañados por el gran trabajo de los equipos directivos y de todos los docentes, profesionales de la educación y comprometidos con su vocación.
También con auxiliares y administrativos que trabajan de manera responsable siempre atentos a las necesidades de la Institución, con familias que se suman a nuestro “caminar” para que juntos eduquemos a niños y jóvenes que son los que dan sentido a nuestra tarea cotidiana.
Pertenecemos al Arzobispado de Mercedes-Luján siendo nuestro Arzobispo Monseñor Jorge Eduardo Sheinig. Como Institución Educativa nos acompañan desde La Junta Regional de Educación Católica del Arzobispado (JUREC) y pastoralmente vivimos la FE junto a la Comunidad Parroquial de San Ignacio de Loyola.
Los años han pasado pero la historia se sigue escribiendo, en otra época, con algunos cambios pero no hemos dejado de ser LA SANTA UNIÓN.
Bajo la protección del Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, seguimos haciendo camino.
¡Adelante, Dios lo quiere!
REPRESENTANTES LEGALES
Mercedes Tassara
Lic. Gabriela Guzmán
Ideario Intitucional
Ponemos la mirada en lo religioso:
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Resaltando la presencia de Dios en la espiritualidad y en hechos cotidianos.
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Brindando una educación que humanice y personalice al ser humano.
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Viviendo una evangelización transmisora de valores cristianos.
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Acompañando el proceso de maduración de la fe de todos los integrantes teniendo a Cristo como centro de nuestra vida.
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Insertándonos en la vida Parroquial para vivir en comunidad el encuentro con el Resucitado.
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Realizando actividades en conjunto (docente, alumno, familia) con carácter solidario siguiendo la invitación del Papa Francisco vivir la fe en cercanía.
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Creando espacios celebrativos para reavivar la fe en los distintos tiempos litúrgicos.
Ponemos la mirada en lo pedagógico-didáctico:
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Proponemos una educación integral centrada en la persona llamada a amar al prójimo.
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Gestar y vivir encuentros solidarios dentro y fuera de la Institución.
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Hacer realidad, de un modo profundo el encuentro: FE-CULTURA-VIDA.
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Desarrollar valores cristianos en las prácticas áulicas, manteniendo una apertura a nuevas corrientes pedagógicas y a la capacitación permanente.
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Promover un protagonismo y un sentido de pertenencia responsable, activo y creativo.
Lo personal y comunitario implica:
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La Fe en Dios que nos compromete.
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La dignidad de la persona que respeta y debe ser respetado.
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Un servicio permanente con mirada solidaria.
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Un espíritu de reconciliación.
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Un clima de trabajo en alegría, paz que denote una verdadera comunidad.
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Una disciplina dialogada, basada en hábitos y actitudes superadoras, que acompañe y corrija fraternalmente.
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Crear espacios de formación, reflexión y oración para fortalecernos.
Esperamos de nuestros alumnos que aprendan y desarrollen sus capacidades y dotes físicas, morales, intelectuales y espirituales. Que crezcan en valores a través del descubrimiento: de Dios, de sí mismo, de la naturaleza, de los demás. Que puedan manifestarse dentro de un clima de confianza, de libertad, responsabilidad, solidaridad y respeto mutuo. Que logren descubrir en Jesús el mayor regalo de sus vidas. Que vivan con apertura la invitación a ser parte de la comunidad educativa.
Además, esperamos que las familias, siendo las primeras responsables de la educación de sus hijos, se inserten en la Institución, en un clima de cordialidad y colaboración mutua; teniendo presente que la escuela acompaña en la difícil y apasionante tarea de ser padres. Que incentiven a las actividades propuestas por la Institución. Que participen activamente y en un clima de alegría en las actividades pastorales dentro de la Institución y en la vida Parroquial, teniendo presente que los padres son los primeros educadores en la fe y que la familia es la primera Iglesia doméstica. Se acerquen a la Institución para dialogar, proponer, consensuar en un clima de respeto y buscando el bien para todos. Que sean responsables con los compromisos asumidos al ingresar a la Institución. Asuman responsablemente su misión de ser los primeros y principales educadores de sus hijos; están llamados a una participación activa, comprometiéndose a cumplir el acuerdo mutuo de haber elegido libremente nuestro colegio.
“Sagrado corazón de Jesús, en vos confiamos, Inmaculado corazón de María, fortalecenos en nuestra vocación”
