Si bien a la familia le cabe el primordial papel en la educación sexual de los hijos, también le compete a la escuela como ámbito por excelencia de formación y socialización secundaria enmarcada en la ley 26.150
La educación sexual se entiende como el proceso educativo vinculado con la formación integral de niños, jóvenes y adultos que les brinda herramientas para desarrollar su sexualidad, considerando sus aspectos biológicos, psicológicos, sociales, intelectuales, afectivos, éticos y religiosos. Así entendida, la educación sexual tiene como centro a la persona, partiendo del educando, a fin de facilitar el despliegue de lo que en él existe como posibilidad o potencialidad. Una educación sexual integral implica concebir a la persona en su totalidad, y procurar el desarrollo de todas las dimensiones de la persona sexuada, por lo que los contenidos y acciones pedagógicas deben trascender los aspectos meramente técnicos y sanitarios, integrándolos y subordinándolos a los aspectos antropológicos más profundos, como son el papel de la sexualidad en la madurez e integración personal del yo, la apertura al encuentro interpersonal, la construcción del nosotros, e incluso, a la proyección hacia el mundo de la trascendencia y la religiosidad.
Es preciso tener bien presente que la sexualidad humana es un Bien: parte del Don que Dios vio que era “muy bueno” cuando creó la persona "a su imagen y semejanza”.
En el colegio, a través del proyecto Educar en el Amor se aborda la ESI, desde sala de 2 en Nivel Inicial hasta el último año del Nivel Secundario. Dicho proyecto es implementado en forma transversal en todas las áreas teniendo en cuenta la especificidad de cada nivel y la etapa evolutiva de los alumnos.
En el Área de Ciencias Naturales, los alumnos de 6to año de Nivel Primario a partir de talleres, videos, material bibliográfico y la interacción con sus docentes han podido abordar las siguientes temáticas
El avance en el proceso del reconocimiento del cuerpo y sus distintas partes y en la identificación de las particularidades y diferencias anátomo-fisiológicas de mujeres y varones, en las diferentes etapas evolutivas.
El reconocimiento de las implicancias afectivas de los cambios en la infancia y pubertad.
La valoración de los cambios en los sentimientos que se producen en mujeres y varones. El miedo, la vergüenza, el pudor, la alegría, la tristeza.
El conocimiento de los procesos humanos vinculados con el crecimiento, desarrollo y maduración.
El cuidado de la salud y la prevención de enfermedades.
Los mismos fueron trabajados también en el Proyecto de Articulación con Secundario, junto a los profesores de Ciencias Naturales de dicho nivel.
Para culminar el tema, ampliar conocimientos y evacuar dudas, los alumnos compartieron una charla con la Ginecóloga Laura Itoiz, mamá de una alumna del grupo. La profesional con claridad, apertura y mucha calidez enriqueció lo trabajado en clase y contestó múltiples interrogantes que le plantearon los chicos.
Es fundamental que los alumnos accedan a este tipo de experiencias de aprendizaje, la sexualidad es parte constitutiva del ser humano, la educación sexual integral debe entenderse como una EDUCACIÓN PARA EL AMOR Y PARA LA VIDA.
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